No es casual que hayan seleccionado al amor, que se entiende habitualmente como incondicional y que desdeña los defectos del objeto de nuestra devoción.
Dicho así, se afirma que el ser un «gran aficionado» depende de no mirarle tacha alguna a ese espectáculo deportivo, lo cual implica el aguantarse una serie de pésimos partidos en aras del verdadero amor.
No, no iban los publicistas a hacer campañas basadas en la crítica.
Los aficionados mexicanos y, supongo, los de otros países, han de ser el sueño realizado de los publicistas: consumidores de productos de mala calidad, porque hay que serle fiel a camisetas y colores mil.
0 Respuestas to “La elección por parte de los publicistas del amor como el sentimiento «futbolero» por excelencia”